Cuantos
trabajamos en los talleres de coches en Zaragoza
sabemos que todas las máquinas pueden sufrir averías. Las revisiones
periódicas, un mantenimiento adecuado… pueden hacer que nos duren más tiempo,
pero siempre llega el momento en el que se estropean. Desde esta perspectiva es cierto
que los coches son una máquina más que, por lo tanto, no están libres de sufrir
alguna avería. Pero lo cierto es que de la mayoría de estas averías, los
responsables solemos ser los conductores.
Algunas costumbres que adoptamos cuando nos ponemos al volante terminan por ser
la causa de la gran mayoría de las averías por las que hay que llevarlo a uno
de los talleres de coches de Zaragoza.
Una postura muy frecuente entre los conductores es la de llevar constantemente
la mano derecha apoyada sobre la palanca de cambios, apretándola levemente. Esa
presión que aplicamos hace que los discos de la caja de cambios no giren
libremente sino que estén continuamente en fricción y, con el tiempo, escucharemos
ese sonido desagradable cuando las marchas rascan o no se engarzan a la
primera.
Algo muy parecido ocurre cuando, en el semáforo, esperamos a que se encienda la
luz verde con la marcha engranada y el embrague pisado, después de un rato, la
presión del pie se afloja y esta vez son los discos del embrague los que entran
en fricción. Exactamente lo mismo les ocurre cuando circulamos con el pié
levemente apoyado sobre el embrague.
Alegando que no hay sitio para aparcar, algunos conductores prefieren dejar el
coche con una o dos ruedas sobre la acera y, sin embargo, se extrañarán porque,
un día, los amortiguadores hagan un ruido chirriante.
Cuando vengas a Mecanisport a pasar la
próxima revisión, acuérdate de preguntarnos por otras averías que puedes evitar
fácilmente.